domingo, 26 de enero de 2020

Vive la vida loca


Qué difícil es relajarse. Vivimos en tensión constante, corriendo, siempre con prisas. A los días le faltan horas para poder realizar todo lo que nos gustaría. Cuando acaba el trabajo llegamos a casa y más trabajo, la casa nos espera, los niños con sus deberes, lavadoras, cenas, plancha...y otro día más acumulando cansancio y estrés y sin dedicarnos ni un minuto a nosotras mismas. Decidme si no nos cuidamos nosotras, ¿quién lo hará?

El otro día una buena amiga me mando un decálogo elaborado por un cirujano plástico (Marco Lozano)  que me gustó muchísimo, dice verdades como templos y lo quiero compartir con vosotras:

1.- Cuidarás tu presencia día a día. 
Arréglate como si fueras a una fiesta ¡Qué  mejor fiesta que la vida! Qué al verte se alegren tu espejo y los ojos de los demás.

2.- No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación.
Nada de jugar a la enclaustrada o a la presa voluntaria.

3.- Amarás el ejercicio físico como a ti mismo. 
Un rato de gimnasia, una caminata, baila aunque estés sola, haz cualquier movimiento que te despegue de la cama o del sillón.

4.- Evitarás actitudes y gestos de vieja derrumbada: la cabeza gacha, la espalada encorvada. 
Recuerda: las canas se tiñen y las arrugas se disimulan con una amplia sonrisa pero el arrastrar los pies si es signo de vejez.

5.- No hablarás de la edad ni te quejarás de tus achaques reales o imaginarios
Acabarás por creerte más vieja y más enferma de lo que en realidad estás. Cuando te pregunten ¿como estás? contestaras "¡muy bien, divinamente!" 

6.- Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas. 
Al mal tiempo buena cara. Sé positiva en los juicios, muestra buen humor con las palabras, alegra el rostro. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es cuestión de años sino un estado de ánimo.

7.- Tratarás de ser útil a ti mismo y a los demás. 
Ayuda, ayuda con una sonrisa, un consejo, un servicio. Al abrirte a los demás dejarás de estar pensando en un yo angustiado y solitario.

8.- Trabajarás con tus manos y con tu mente
Cualquier actividad laboral, intelectual o artística. Haz algo, lo que sea, lo que puedas.

9.- Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. 
Convive pero sin inmiscuirte en los problemas de los demás, a menos que expresamente te pidan un consejo.

10.- No pensaras que todo tiempo pasado fue mejor. 
Deja de estar condenando tu mundo y maldiciendo tu momento. No vivas de recuerdos, mira hacia el futuro con alegría. Ponte nuevas metas, haz planes, ¡sueña! Toda persona debería ser como la luna, destinada a dar luz, y como el sol, destinada a dar calor.

Bonito ¿verdad? ¡Y qué difícil de cumplir! La vida es corta, demasiado para desaprovecharla, así que intentemos priorizar las cosas, anteponer lo verdaderamente importante, lo que de verdad nos aporta calidad de vida y de sentimientos. 

Los días tienen solo 24 horas, queramos o no, todo puede esperar, menos vivir.

Hagamos el propósito de disfrutar la vida, de sonreír, de besar y abrazar más, porque ya conocéis la frase "hay que dar vida a los años, no años a la vida" y a eso se reduce todo.

Hoy os dejo una serie de masajeadores para que empecemos a relajarnos y a cambiar nuestro microchip.

Algunos nos darán masajes tipo shiatsu (El primero que os pongo lo tengo yo y va fenomenal para aliviar tensiones en hombros y cervicales) y pueden aportar calor al masaje.



 

El último de estos modelos va con pilas en lugar de con cable para conectar a la electricidad por si os es más cómodo.

Tuve también cojines masajeadores  más económicos pero que tienen mucha utilidad para masajes en las piernas, pero para el cuello son muy incómodos y poco prácticos.
  


 
Otros modelos son colchones que son muy útiles cuando los ponemos en nuestro asiento si vamos a permanecer mucho tiempo  sentados.





O con masajeador vibratorio solamente (no con bolas Shiatsu) o esterillas que dan masaje tipo  acupuntura.

   

 
Como veréis no tenéis excusas para empezar a cuidaros, relajaros y disfrutar de los pequeños placeres de la vida.

Feliz descanso y sed felices.

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